jueves, 16 de julio de 2009

El Comunismo inédito de Rosa Luxemburgo.

por J.M.


Camaradas y amigos:

Me permito apartarme por un momento de las decisiones del I Encuentro Luxemburguista que hemos tenido en España en el que nos comprometíamos a no sustituir por debates históricos o teoréticos las diferencias que con personas u organizaciones inspiradas en el leninismo pudiéramos tener, que deberían circunscribirse a diferencias surgidas sobre criterios tácticos, de la lucha de clase real, preferiblemente en el contexto de procesos de unidad de acción comunmente compartidos. Asimismo el acuerdo implica también no rehuir ese tipo de debates cuándo sea iniciado desde las mencionadas instancias o medios. El hecho de que no precisaramos la entidad de esas "invitaciones" o su carácter disperso, ni su "oscuridad" me permite con este humilde texto no faltar en demasía al compromiso disciplinario libremente elegido.

Es el caso que algunos luxemburguistas ya habíamos mantenido debates acerca del luxemburguismo con Pepe Gutiérrez Álvarez en las pags de Kaosenlared, también sobre el carácter parcialmente luxemburguista, no bolchevique, de la desaparecido organización Acción Comunista.

Los elogios hacia Rosa Luxemburgo saltan a la vista apenas se teclee su nombre en cualquier motor de búsqueda en la red internet, e inmediatamente nos encontramos con la enumeración somera de sus errores y sobre la anfibológica comparación del vuelo de la revolucionaria con el de una gallina, según la "maldad" de Lenin.

El caso es que tales elogios, interesados, en clave de recuperación tiene su "plantilla" en el artículo de Trotsky:

"Luxemburgo y la IV Internacional":

Actualmente se están haciendo esfuerzos en Francia y en otras partes para construir el llamado luxemburguismo como defensa de los centristas de izquierda contra los bolcheviques-leninistas. Esta cuestión puede adquirir considerable significación. En un futuro cercano, tal vez se vuelva necesario dedicar un artículo más extenso al luxemburguismo real y al pretendido. Aquí sólo voy a referirme a los aspectos esenciales de la cuestión.
Más de una vez hemos asumido la defensa de Rosa Luxemburgo contra las malas interpretaciones insolentes y estúpidas de Stalin y su burocracia. Seguiremos haciéndolo. No lo hacemos movidos por consideraciones sentimentales sino por las exigencias de la crítica materialista histórica. Sin embargo, nuestra defensa de Rosa Luxemburgo no es incondicional. Los aspectos débiles de las enseñanzas de Rosa Luxemburgo han sido desnudados en la teoría y en la práctica. La gente del SAP alemán y otros elementos afines (véanse, por ejemplo, el diletantismo intelectual de la “cultura proletaria” del Spartacus francés, el periódico de los estudiantes socialistas belgas y, a menudo, también el Action Socialiste belga, etc.) sólo hacen uso de los aspectos débiles e inadecuados que de ninguna manera son decisivos en Rosa, generalizan y exageran estas debilidades al máximo y construyen, sobre esa base, un sistema totalmente absurdo.


De esa "plantilla" de Trotsky es muy raro encontrar distancias: la negación de la posibilidad de un luxemburguismo puede encontrarse hasta en los que apenas tienen recuerdo del trotskismo.

Así,el catedrático de Economía de la Universidad de Barcelona, Alfons Barceló, escribe en un artículo sobre Rosa Luxemburgo al que pertenece el párrafo siguiente:

"El militarisme, la guerra i la pau segons Rosa Luxemburg"
Alfons Barceló

"Ahora bien, hasta qué punto merece ser singularizado el pensamiento de Rosa Luxemburgo? O sea: existe el "luxemburguismo"? No es una cuestión fácil de contestar. Es verdad que se puede hacer un listado de elementos destacados y peculiares dentro de su trayectoria vital como pensadora marxista. Su anticapitalisme radical y su oposición al reformismo bernsteiniàno; la importancia asignada a las huelgas de masas como mecanismo básico de intervención política de carácter revolucionario y democrático; su rechazo al nacionalismo entendido como tendencia desviacionista y empobrecedor si se pretendía un sustancial cambio político, liberado de rumores pequeño-burguesas; su profundo respeto por la democracia y las libertades obreras; su visión del imperialismo, el militarismo y las guerras como fenómenos fuertemente entrelazados e interdependientes; su desconfianza contra las alianzas estratégicas con el campesinado por parte del movimiento obrero industrial. Forman, sin embargo, todas estas piezas una unidad orgánica? O, a pesar de estar estructuradas con cierta armonía, son algunas de ellas separables sin que se derrumbe el edificio conceptual global? Me limitaré a apuntar que a mi ver no existe el luxemburguismo, aunque hay que reconocer que hay unas pocas tesis sobre las que ella puso un énfasis especial: la democracia, la iniciativa de las masas, el rechazo de la "nación" como ámbito dominante para la articulación de las personas humanas en sociedad, el carácter del imperialismo como excrecencia del capitalismo desarrollado, el internacionalismo ( "No hay socialismo al margen de la solidaridad internacional del proletariado y no hay socialismo al margen de la lucha de clases "subrayó más de una vez).



Si se considera la poquedad en que quedan a su juicio "la pocas tesis" en que basar el luxemburguismo, su incomprensión de las tesis sobre el imperialismo, la acumulación de capital, que explica al dia de hoy mas claramente que ninguna otra que es exactamente la Globalización, - como haciéndole justicia ha subrayado Walden Bello - , considerando asimismo en que manera despacha la profunda, definitiva brecha, que habría de derivarse de su critica al uso del "derecho de autodeterminación", mal puede pensarse que el luxemburguismo organizado careciera de sustancia real. Aunque puede que el profesor barcelonés se limite a evocar el luxemburguismo larvado de Acción Comunista, ciertamente mas atento a la concepción de Rosa del partido, de su relación con las masas, de su confianza en la creatividad de las masas en trance de revolucionarse - la famosa y mal entendida "espontaneidad" y a su mensaje ético que a sus tesis económicas, mas relevantes si cabe. Esa horaciana autocontención y fidelidad postrera de Barceló a AC no podemos sostenerla algunos que justamente militando también en esa organización llegamos al luxemburguismo "confeso" precisamente a través de aquella.

Como es sabido su obra quedó prematuramente interrumpida, las simpatías con la revolución rusa - compartida con escritores, publicistas, activistas de todo el arco político de la izquierda en esos años - se hallan fuertemente contrabalanceada por las criticas a lo que ya se evidenciaba como corrupción y envilecimiento de los objetivos socialistas, ¡ella no pudo llegar a saber en que modo el comunismo de la III Internacional habría de convertirse en una suerte de pannacionalismo! aúnque puede que Barceló si haya tomado buena cuenta justamente de lo contrario, de la implicaciones de un luxemburguismo posible a ese respecto.

Michel Lövy, mas cercanos a RL que otros miembros del SU de la IV, tampoco se separa en demasía de El Profeta. Lejos estoy yo de enmendarle la pagina a maestro de la talla de Lowy, de ninguna talla, tengo mis objeciones, eso sí, y aunque Lowÿ llega en este breve texto algo mas lejos que los consabidos e interesados - comprehensivos - elogios trostkistas a RL se queda un poco a mitad de camino, en primer lugar porque si bien reconoce en grado superlativo la coherencia de su internacionalismo y su actualidad, no lo vincula claramente a su aportación teórica - La Acumulación de Capital y también su respuesta que tituló Anticritica , que va con este anexo - sobre la necesidad de la acumulación expansiva sobre espacios NO CAPITALISTAS, comunes, sobre ámbitos donde aún reina el marcantilismo, economias campesinas, de susbsistencia, o procurando la ruina del ámbito ex-soviético y favoreciendo la conversión de la antigua burocracia en burguesía compradora. ¿Estamos refiriendonos a la llamada Globalización ? por supuesto que sí, de ahí la actualidad de su pensamiento económico como ha reconocido claramente Walden Bello entre otros.

En segundo lugar, y aunque bien escribe Löwy:

"Pocos como ella comprendieron el peligro mortal que representa para los trabajadores el nacionalismo, el chovinismo, el racismo, la xenofobia, el militarismo y el expansionismo colonial o imperial. Se puede criticar tal o cual aspecto de su reflexión sobre la cuestión nacional, pero no se puede dudar de la fuerza profética de sus advertencias"


es obvio que no ha comprendido o no comparte las consecuencias para el Socialismo que la real-poliitik de Lenin y epígonos tratando de controlar y vehicular las fuerzas identitarias y nacionalistas. El peligro que señala no da cuenta de las consecuencias de tratar de manipular esas fuerzas supuestamente sanas y progresistas, esas exigencias - o deseos tan solo - que en la práctica supone admitir a "las naciones" o a "los pueblos" como sustitutos del proletariado en tanto que "agente" o sujetos de la historia. De este modo el "antiimperialismo" sustituye al anticapitalismo socialista, la independencia de clase por la soberanía nacional, y lo que es tanto o mas grave: al desvincular la lucha por el Socialismo de la lucha por la Democracia, - integral, directa, participativa y, al cabo, económica - , por su ampliación desde los actuales marcos de la democracia liberal, ¡ha permitido que el discurso liberal conserve la legitimidad de la defensa de la Democracia!.

Actuando el leninismo - en sus dos alas, neoestaliniana y trotskista - de las maneras mas incoherentes, oportunistas, ultraizquierdistas, verbalmente "revolucionaristas", le hace el mas grande favor que hacersele pueda a las burguesías y al imperialismo, y, al mas desvergonzado populismo por otra, aunque, por este lado uno se pregunta si no es exactamente lo que buscan y procuran, en Venezuela, Irán, Cuba, regimenes de capitalismo de estado, sincretismo de populismo pseudocialistas y nacionalismo: recrear la URSS, con los matices que el folclor, el color local, aporte.

Cuándo escuche a algún Löwy escribir que el bolchevismo, contra la advertencia de RL, al actuar como paradigma o modelo del movimiento comunista, no ha hecho mas que arruinar y desacreditar a este a todo lo ancho del mundo, entonces empezaré a creer en las alabanzas a Rosa Luxemburgo.

Valga este fragmento final de La Revolución Rusa para aquilatar la distancia al bolchevismo del pensamiento marxista de Rosa Luxemburgo y la exacta justicia quie el proletariado y movimiento socialista internacional debe hacerle:

Rosa Luxemburgo
La Revolución rusa

Todo lo que sucede en Rusia es comprensible y refleja una sucesión inevitable de causas y efectos, que comienza y termina en la derrota del proletariado en Alemania y la invasión de Rusia por el imperialismo alemán. Seria exigirles algo sobrehumano a Lenin y sus camaradas pretender que en tales circunstancias apliquen la democracia más decantada, la dictadura del proletariado más ejemplar y una floreciente economía socialista. Por su definida posición revolucionaria, su fuerza ejemplar en la acción, su inquebrantable lealtad al socialismo internacional, hicieron todo lo posible en condiciones tan endiabladamente difíciles. El peligro comienza cuando hacen de la necesidad una virtud, y quieren congelar en un sistema teórico acabado todas las tácticas que se han visto obligados a adoptar en estas fatales circunstancias, recomendándolas al proletariado internacional como un modelo de táctica socialista. Cuando actúan de esta manera, ocultando su genuino e incuestionable rol histórico bajo la hojarasca de los pasos en falso que la necesidad los obligó a dar, prestan un pobre servicio al socialismo internacional por el cual lucharon y sufrieron. Quieren apuntarse como nuevos descubrimientos todas las distorsiones que prescribieron en Rusia le necesidad y la compulsión, que en última instancia son sólo un producto secundario de la bancarrota del socialismo internacional en la actual guerra mundial.
Que los socialistas gubernamentales alemanes clamen que el gobierno bolchevique de Rusia es una expresión distorsionada de la dictadura del proletariado. Si lo fue o lo es todavía, se debe solamente a la forma de actuar del proletariado alemán, a su vez una expresión distorsionada de la lucha de clases socialista. Todos estamos sujetos a las leyes de la historia, y el ordenamiento socialista de la sociedad sólo podrá instaurarse internacionalmente. Los bolcheviques demostraron ser capaces de dar todo lo que se puede pedir a un partido revolucionario genuino dentro de los límites de las posibilidades históricas. No se espera que hagan milagros. Pues una revolución proletaria modelo en un país aislado, agotado por la guerra mundial, estrangulado por el imperialismo, traicionado por el proletariado mundial, sería un milagro.
Pero hay que distinguir en la política de los bolcheviques lo esencial de lo no esencial, el meollo de las excrecencias accidentales. En el momento actual, cuando nos esperan luchas decisivas en todo el mundo, la cuestión del socialismo fue y sigue siendo el problema más candente de la época. No se trata de tal o cual cuestión táctica secundaria, sino de la capacidad de acción del proletariado, de su fuerza para actuar, de la voluntad de tomar el poder del socialismo como tal. En esto, Lenin, Trotsky y sus amigos fueron los primeros, los que fueron a la cabeza como ejemplo para el proletariado mundial; son todavía los únicos, hasta ahora, que pueden clamar con Hutten: “¡Yo osé!”
Esto es lo esencial y duradero en la política bolchevique. En este sentido, suyo es el inmortal galardón histórico de haber encabezado al proletariado internacional en la conquista del poder político y la ubicación práctica del problema de la realización del socialismo, de haber dado un gran paso adelante en la pugna mundial entre el capital y el trabajo. En Rusia solamente podía plantearse el problema. No podía resolverse. Y en este sentido, el futuro en todas partes pertenece al “bolchevismo”.


Mas allá del reconocimiento y la defensa abierta de su inquebrantable fe en el Socialismo, de su valor y la legitimidad de su esfuerzo revolucionario, la advertencia de Rosa a los bolcheviques es clara: "El peligro comienza cuando hacen de la necesidad una virtud, y quieren congelar en un sistema teórico acabado todas las tácticas que se han visto obligados a adoptar en estas fatales circunstancias, recomendándolas al proletariado internacional como un modelo de táctica socialista. Cuando actúan de esta manera, (...) prestan un pobre servicio al socialismo internacional por el cual lucharon y sufrieron.
Y eso es justamente lo que sucedió, lo que se arruinó y lo que se desacreditó para millones de proletarios de todo el mundo por mas de una generación.

Sevilla 16 julio de 2009

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